¿Sabes qué es la TAE?
Alguna vez te has preguntado, ¿qué es la TAE? ¿Y el TIN? Son preguntas muy comunes que surgen al leer las ofertas de productos financieros. ¿Qué quieren decir estas siglas que vemos constantemente? ¿En qué se diferencian? ¿Cómo distinguirlas? ¿Cómo influyen en un capital adeudado? A continuación te lo aclaramos todo.
¿QUÉ ES LA TAE?
La tasa anual equivalente -o TAE, según sus siglas en español- es la referencia matemática expresada en términos porcentuales que permite conocer el coste real de un producto financiero ya sea un crédito al consumo, un préstamo personal, una hipoteca, etc. La TAE llegó a nuestro panorama financiero español en el año 1990, creada por el Banco de España como instrumento para conocer el valor real de lo que debía ser devuelto a la entidad financiera.
¿Qué incluye la TAE?
La TAE actual fue establecida por el Banco de España en la Circular del 6 de julio de 2012. A esta TAE se la llama "TAE legal", ya que al estar establecida por normas legales, incluye una serie de gastos mínimos que no pueden estar excluidos de la TAE que calcula el banco al ofrecernos un crédito o préstamo.
No obstante, la "TAE real" incluye todo lo que legalmente se exige y los demás gastos asociados al producto (de apertura, de notaría, etc.) pero no incluye los gastos que, como clientes, abonaremos a terceros, aunque repercuten indirectamente sobre el crédito.
¿Cómo se calcula la TAE?
El cálculo de la TAE se realiza sumando al TIN todos los gastos que se relacionan con dicho producto financiero, las comisiones del banco, los gastos de gestión, algunos seguros, etc., dependiendo, en cada caso, de la entidad o empresa de la que se trate.
Al ser una referencia matemática se calcula mediante una fórmula que va a tomar en cuenta dos variables: el tipo de interés nominal -expresado como r- y la frecuencia -o variable f- con la que el cliente va a realizar los pagos. Esta variable tendrá un valor distinto según dicha frecuencia: anual, semestral, trimestral, etc. Con esta fórmula podemos comparar TAEs de distintos créditos o préstamos con períodos distintos, siempre que se esté utilizando la misma base temporal en la fórmula.
También es importante tener en cuenta que la TAE puede aplicarse a préstamos que poseen un tipo de interés variable y en este caso no podremos saber con exactitud cómo va evolucionar este tipo de interés variable en el mercado, por ello te recomiendo leer muy bien la información asociada al producto financiero contratado.
¿Cómo encontrar la TAE dentro de la oferta publicitaria?
Tan emocionado estás por el crédito que te han concedido que casi olvidas leer la letra pequeña. Es normal, al encontrar créditos o préstamos con tipos de interés (TIN) bastante atractivos para el consumidor las entidades financieras van a intentar captar la atención con estos tipos para animarnos a contratarlos. No obstante, la normativa obliga a las empresas a incluir dentro de sus ofertas comerciales y en su publicidad tanto el tipo de interés nominal (TIN) como la tasa anual equivalente (TAE).
Se puede encontrar la TAE asociada a un crédito en la oferta publicitaria, generalmente acompañada del TIN, bien en el texto comercial de la oferta, o bien explicado con más detenimiento en párrafos más extensos y con información más concreta que, por razones de marketing, se encontrarán más abajo. No debes olvidar que ambos indicadores se encuentran expresados en tanto por ciento.
¿TAE O TIN?
Para entender mejor la TAE es importante diferenciarla del TIN -Tipo de Interés Nominal- al que se ha hecho referencia antes. Ambos conceptos han sido establecidas por el Banco de España y por lo tanto son conceptos oficiales.
El TIN es el tipo de interés nominal que se va a aplicar al préstamo o crédito pedido, es decir, es el porcentaje de interés que cobra la entidad financiera por la cantidad solicitada. Por otro lado, la TAE va a incluir tanto el TIN como los gastos asociados a la operación financiera antes mencionados.
Por ejemplo, si se solicita un préstamo de 10 000 € a un interés anual del 12,99 %, es decir, su Tasa de Interés Nominal, no pagaremos únicamente 10 000 € + 1299 € (la cantidad más el TIN), sino que a eso debemos sumar la cantidad que pagaremos en concepto de gastos de apertura, e incluso la variación que sufra el TIN, etc, además de aplicarlo a la cantidad real financiada.
Esto puede resultar confuso, por ello, es recomendable atenernos a la TAE del producto financiero que queramos contratar puesto que esta referencia va a contemplar el TIN dentro del cálculo de lo adeudado.
Sabiendo que la TAE incluye al TIN, siempre va a resultar un tanto por ciento más elevado que el tipo de interés aplicable al préstamo. Por este motivo, en la búsqueda y contratación de productos financieros tales como créditos al consumo o préstamos, es más importante centrarse en la TAE que en el TIN. No obstante, no debemos olvidarnos de este, puesto que el tipo de interés nominal permite ver el interés aplicable a dicho crédito y es además, un indicador económico de gran importancia.
En conclusión, hay que tomar la TAE como la referencia matemática que va a aportar una idea más clara de lo que realmente va a costar al consumidor, el crédito al consumo solicitado. Por ello, vale la pena informarse de todos los gastos asociados a la operación. En el caso de un crédito, resulta de vital importancia (por seguridad financiera) ser capaces de entender los términos con los que vamos a tratar, el alcance e importancia de los mismos, etc.
Además, durante el tiempo que se esté usando el producto financiero contratado, sobre todo si es un crédito al consumo, el conocimiento y el buen manejo de la información nos va a ayudar a evitar equivocaciones o malos entendidos con la entidad bancaria. Y por si no fuera suficiente, tener las cosas claras y conocer qué es la TAE nos va a permitir sacar mejor provecho al dinero que hemos solicitado y hacer realidad por fin esos proyectos anhelados.